"Sí, estaba enamorado de ti: todavía lo estoy. Nadie ha despertado en mí una capacidad de sensación física tan aguda. Te dejé porque no podía soportar ser un capricho pasajero. Antes de entregar mi cuerpo, debo entregar mis pensamientos, mi mente, mis sueños. Y tú no querías nada de eso."

Entendiendo esta cita

En esta confesión cruda e introspectiva, Plath confronta las complejidades del amor y el deseo. Reconoce la intensidad de su enamoramiento, pero también afirma su necesidad de una conexión más profunda y significativa. El rechazo a ser reducida a un mero 'capricho pasajero' resalta su respeto por sí misma y el valor que otorga a la intimidad emocional. Es una declaración poderosa sobre el conocimiento del propio valor y la necesidad de entendimiento mutuo en las relaciones.