Esta afirmación encapsula bellamente la esencia de la lectura como un acto de descubrimiento y creación. Cada página que se pasa es un paso hacia lo desconocido, un viaje sin un destino garantizado. Calvino destaca la naturaleza colaborativa de la narración: el autor establece las bases, pero es la imaginación del lector la que da vida a la narrativa. El futuro de la historia está sin escribir hasta que se lee, enfatizando la relación dinámica entre el texto y el lector. Es un baile de anticipación, donde las posibilidades son tan ilimitadas como la disposición de uno para participar.