"Quizás mis plantas de dinamita pondrán fin a la guerra antes que tus congresos pacifistas. El día que dos cuerpos de ejército puedan aniquilarse en un segundo, todas las naciones civilizadas, se espera, retrocederán ante la guerra y desmovilizarán a sus tropas."

Entendiendo esta cita

En este comentario sincero, Nobel contrasta su enfoque hacia la paz con el de los movimientos pacifistas. Sugiere que los disuasivos tangibles podrían ser más efectivos que los diálogos y tratados. Hay un atisbo de escepticismo hacia la eficacia de las conferencias y debates para resolver conflictos arraigados. Las palabras de Nobel nos desafían a examinar los mecanismos en los que confiamos para mantener la paz. ¿Es la amenaza de destrucción un motivador más potente que la aspiración a la armonía? Su visión refleja una estrategia pragmática, aunque controvertida, que sigue influyendo en las relaciones internacionales hoy en día.