"La felicidad no depende realmente de las condiciones objetivas de riqueza, salud o incluso comunidad. Más bien, depende de la correlación entre las condiciones objetivas y las expectativas subjetivas."

Entendiendo esta cita

Harari profundiza en la naturaleza esquiva de la felicidad. No son solo nuestras circunstancias las que determinan nuestro bienestar, sino cómo esas circunstancias se alinean con lo que esperamos. Esta idea sugiere que gestionar las expectativas podría ser tan crucial como mejorar las condiciones cuando se trata de fomentar la felicidad.