"No nos sentimos satisfechos por llevar una existencia pacífica y próspera. Más bien, nos sentimos satisfechos cuando la realidad coincide con nuestras expectativas. La mala noticia es que, a medida que las condiciones mejoran, las expectativas se disparan."

Entendiendo esta cita

En una era de avances tecnológicos y prosperidad sin precedentes, uno podría suponer que la satisfacción seguiría el mismo camino. Sin embargo, Harari señala la paradoja del deseo humano: con cada mejora, nuestras expectativas aumentan. La satisfacción se convierte en un objetivo en movimiento, siempre justo fuera de alcance. Esta observación nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la felicidad y la incesante búsqueda de "más".