"Todo el día este hombre trabajaría así, su ser entero centrado en el propósito de ganar veintitrés en lugar de veintidós centavos y medio por hora; y luego su producto sería contabilizado por el censista, y los jubilantes capitanes de la industria presumirían de ello en sus salones de banquetes, contando cómo nuestros trabajadores son casi el doble de eficientes que los de cualquier otro país."

Entendiendo esta cita

En esta vívida representación, Sinclair contrasta la incesante lucha del trabajador con el orgullo inconsciente de los líderes industriales. La mínima diferencia en los salarios representa el impacto significativo que tienen los bajos ingresos en la vida de los trabajadores. Mientras tanto, la élite celebra la productividad sin reconocer el costo humano, destacando la desconexión entre quienes trabajan y quienes se benefician de su labor.