"El realista genuino, si es incrédulo, siempre encontrará la fuerza y la capacidad para no creer en lo milagroso, y si se enfrenta a un milagro como un hecho irrefutable, preferirá no confiar en sus propios sentidos antes que admitir el hecho."

Entendiendo esta cita

Esta cita ataca el corazón del escepticismo inherente a la naturaleza humana. Dostoyevski sugiere que un verdadero realista, comprometido con la incredulidad, negará incluso lo innegable. La negativa a aceptar milagros, incluso cuando se enfrentan a ellos directamente, resalta una resistencia más profunda arraigada en el orgullo o quizás en el miedo. ¿Es que reconocer lo milagroso desestabilizaría su comprensión del mundo, obligándolos a reevaluar convicciones profundamente arraigadas? La tensión entre la evidencia empírica y los acontecimientos espirituales desafía los límites del realismo y la creencia.