"No hay pecado, ni puede haberlo en toda la tierra, que el Señor no perdone al verdaderamente arrepentido. El hombre no puede cometer un pecado tan grande que agote el amor infinito de Dios. ¿Puede haber un pecado que supere el amor de Dios?"

Entendiendo esta cita

Esta profunda reflexión sobre el perdón enfatiza la infinitud del amor divino. Dostoyevski asegura que, sin importar la gravedad de los pecados de uno, el arrepentimiento sincero abre el camino hacia el perdón. La pregunta retórica desafía a los lectores a considerar la enormidad de la compasión de Dios, sugiriendo que supera cualquier falta humana. Esta perspectiva ofrece esperanza, animando a las personas a buscar la redención sin desesperarse por sus fracasos. Subraya un principio central de la novela: la posibilidad de renovación espiritual.